Está claro que en Cuba el que obtiene mejor logro no es quien trabaja para el estado honradamente, sino aquel que se las ingenia para montar un negocio particular (cumpliendo o no con las regulaciones del país), y cobre por sus servicios o productos, precios que le permitan acceder de manera normal a los recursos de primera necesidad que se exponen en nuestras tiendas de recaudación de divisas y tan imprescindible para vivir modestamente, a los cuales no todos pueden acceder por los altos precios que se imponen teniendo en cuenta el salario medio del trabajador cubano. El estado ‘’tan inteligente como siempre’’, ¿qué ha hecho para frenar un poco todo esto? Crear más puestos laborales para inspectores que regulen a todo este personal que trabaja por fuera de su economía a pesar que tenga que hacer su aporte a la economía pero nunca declarando lo que realmente ingresan puesto que los impuesto ascenderían, permitiéndole cobrar algo parecido a lo que ganaría un modesto trabajador cubano y de nada entonces convendría trabajar de manera particular. Inteligentemente ¿qué ha hecho ese trabajador?
Bueno, volviendo a lo mismo, aprovechándose que ese inspector trabaja para el estado y lo que obtiene es un mísero salario que apenas le sirve para sustentarse así mismo, es muy fácil de sobornar con alguna que otra ayuda monetaria en busca de alcanzar su silencio. El gobierno percatándose de ello crea otros inspectores que inspeccionarían a estos inspectores propensos al soborno. Irónico y hasta cierto absurdo es crear tantas plazas y puestos laborales innecesarios para controlar lo incontrolable, todo porque la economía de nuestro país no es lo suficientemente sustentable para poder brindarles salarios al pueblo cubano que le permitan acceder a los productos alimenticios y de primera necesidad para llevar a cabo una calidad de vida normal.
Han acabado con nuestra identidad, han borrado nuestras mentes y nos tienen cautivos de nuestros propios miedos. El odio que nos han sembrado tardarán décadas en destruirse :(