Adolf Hitler y Fidel Castro compartieron ciertos rasgos de liderazgo autoritario, como el uso de la propaganda para consolidar su poder y el control estricto de los medios de comunicación. Ambos líderes también se presentaron como figuras indispensables para el progreso y la supervivencia de sus respectivas naciones, lo que les permitió mantener un control considerable sobre la opinión pública.
Tanto Hitler como Castro promovieron una retórica nacionalista que enfatizaba la superioridad de su propia ideología y el deber de proteger a su nación de fuerzas externas percibidas como amenazas. Además, ambos implementaron políticas represivas contra opositores políticos y minorías, utilizando métodos de vigilancia y represión para mantener su autoridad.
Condenados y absueltos:
Si bien Adolf Hitler y Fidel Castro enfrentaron situaciones diferentes en términos de sus detenciones y procesos legales, ambos pasaron por momentos cruciales en los que sus vidas podrían haber sido afectadas de manera significativa.
En el caso de Hitler, su intento de golpe de Estado en 1923, conocido como el Putsch de Múnich, resultó en su arresto y posterior juicio. Durante su encarcelamiento, escribió "Mein Kampf" (Mi Lucha), una obra en la que delineó su ideología política y sus planes para Alemania. Este libro más tarde se convirtió en una pieza fundamental de la propaganda nazi.
Por otro lado, Fidel Castro fue arrestado en 1953 tras su fallido ataque al cuartel Moncada en Cuba. Durante su encarcelamiento, escribió "La historia me absolverá", un alegato político que defendía sus acciones y delineaba su visión para Cuba. Esta obra se convirtió en un manifiesto político para la futura revolución cubana y, en última instancia, se convirtió en un pilar de su defensa ideológica.
Ambas figuras debían pagar con la muerte teniendo en cuenta sus crímeres y cargos para ese momento históricos según las leyes que estaban implementadas, pero en ambos casos se les fue perdonada la vida teniendo que cumplir condenas muy bajas cada uno teniendo en cuenta sus delitos. Hitler es condenado por alta traición entre los años 1923 y 1925, y es sentenciado a cinco años de prisión, aunque solo cumple un año de su condena. Mientras se encuentra en prisión, escribe Mi lucha (Mein Kampf). Esta tristemente célebre autobiografía demuestra ser importante, ya que promueve los componentes del nazismo y su ideología racial. El libro se publicó en dos volúmenes en 1925 y 1926, y en 1933, durante el primer año de gobierno de Hitler, vendió un millón de ejemplares.
Fidel Castro fue sentenciado a 15 años de cárcel por la agresión armada que organizó contra el Cuartel Moncada en la provincia de Santiago de Cuba. Allí hubieron varios oficiales militares y policías muertos y heridos. De esta sentencia solo cumplió 22 meses, pues el propio dictador al que pretendía derrocar cedió a las presiones para amnistiarlo.“La historia me absolverá” se convirtió en el título de su discurso cuyo documento se transformaría posteriormente en un manifiesto que dictaría las bases del programa político de la nueva etapa de lucha contra el presidente de Cuba en aquel entonces Fulgencio Batista.
Autoritarios y confianza personal:
Existen diferencias notables en sus personalidades y contextos, algunos analistas han señalado posibles paralelismos en términos de su carácter autoritario y su convicción inquebrantable en la justicia de su causa. Tanto Hitler como Castro exhibieron una determinación férrea y una capacidad para movilizar a las masas mediante discursos apasionados y carismáticos.
Además, se ha planteado que ambos líderes compartían una gran confianza en sí mismos, lo que a menudo se manifestaba en una percepción inflada de su propio destino y una convicción inflexible en la rectitud de sus acciones. Esta confianza extrema en sus propias capacidades y visiones del mundo, combinada con una disposición a tomar medidas extremas para lograr sus objetivos, ilustra una cierta tendencia hacia el autoritarismo y la falta de empatía hacia aquellos que se oponen a sus ideas.
Tanto Adolf Hitler como Fidel Castro eran conocidos por su habilidad para utilizar la oratoria de manera efectiva como una herramienta de persuasión política y movilización de masas. Ambos líderes poseían un carisma magnético y una capacidad innata para conectar emocionalmente con sus audiencias.
Hitler era reconocido por su estilo de discurso apasionado y emotivo, a menudo utilizando la retórica agresiva y la dramatización para encender la pasión de sus seguidores. Su capacidad para comunicar un mensaje simple y contundente resonó profundamente entre la población alemana en un momento de inestabilidad política y económica.
Del mismo modo, Fidel Castro utilizaba discursos largos y apasionados para transmitir su visión revolucionaria y sus ideales socialistas. Su habilidad para articular un mensaje convincente y su retórica incendiaria le permitieron movilizar a las masas en Cuba y ganar un amplio apoyo para su causa revolucionaria.
Traidores por Naturaleza:
En términos de traición, Hitler y Castro enfrentaron desafíos internos y externos en sus respectivos regímenes. Ambos líderes se encontraron rodeados de figuras leales, pero también de personas que buscaron desafiar o traicionar su autoridad. En respuesta a tales amenazas percibidas, ambos líderes tomaron medidas drásticas para neutralizar a posibles opositores.
En cuanto a la facilidad para mentir o cambiar de opiniones, se ha planteado que Hitler demostró una habilidad notable para manipular la verdad y distorsionar los hechos para servir a sus propios objetivos políticos. Su capacidad para cambiar de opinión o retractarse de promesas anteriores reflejaba su disposición a adaptarse estratégicamente a las circunstancias para lograr sus ambiciones.
Hitler antes de su asalto final al poder, se deshizo de la que había sido su fuerza de choque, la SA de las camisas pardas. La nueva jerarquía nazi ya incluía a Herman Göring, a Heinrich Himmler, a Rudolf Hessy a las SS de uniformes negros diseñados por Hugo Boss. La guerra interna apuntaba al jefe de los SA, Ernst Röhm, a quien le adjudicaban deseos, e intenciones, de suplantar a Hitler y supuestas relaciones con el embajador francés Francois Poncet. El 28 de junio de 1934, conscientes y temerosos de que las SS planeaban destruirlos, tres mil SA salieron a la calle en Múnich al grito de “El Führer está contra nosotros, los SA, a la calle”. Hitler lo tomo como una traición y se largó a Bad Wiessee donde las SA participaban de una convocatoria hecha por él mismo. Llegó en tres autos, junto a Joseph Goebbels, a Rudolf Hess y a una patrulla policial, a las seis y media de la mañana. Röhm y los jefes de la SA dormían después de una noche de bebida abundante. Hitler entró, pistola en mano, en la habitación de Röhm, lo acusó de traidor y le dijo que estaba detenido. Edmund Heines, dirigente de la SA de Breslau también fue sorprendido en su cama, junto a un muchacho, una escena que luego Goebbels aprovechó muy bien. Heines y su acompañante fueron ejecutados en el acto. Los detenidos fueron enviados a la cárcel de Stadelheim y ya entrada la mañana, seis de ellos fueron fusilados por orden de Hitler, que había marcado con cruces sus nombres en una lista. No les dijeron mucho a los condenados, sólo: “Han sido condenados a muerte por el Führer. ¡Heil Hitler!”.
Pacto de Munich
Hitler se reúne con los líderes de Gran Bretaña, Francia e Italia durante una conferencia en Munich, Alemania, que se llevó a cabo del 29 al 30 de 1938; fue ahí que accedieron a que Alemania se anexara los Sudetes, a cambio de una promesa de paz por parte de Alemania. El gobierno checoslovaco no fue ni invitado ni consultado. El gobierno checoslovaco capituló el 30 de septiembre y acordó respetar el Acuerdo de Múnich, que estipulaba que debía ceder el territorio checoslovaco de los Sudetes a Alemania. La ocupación alemana de los Sudetes se completaría el 10 de octubre. El Reino Unido y Francia se comprometieron a participar en una garantía internacional de las nuevas fronteras contra la agresión no provocada. Alemania e Italia, sin embargo, no se unirían en la garantía hasta que los problemas de las minorías polaca y húngara se resolvieran. Seis meses después, Hitler se moviliza contra el estado checoslovaco.
Fernandez Brinon entrevista a Hitler
En Noviembre de 1933 recibe en Berlín al periodista Francés Fernández Brinon, quien abogaba por un acercamiento a Alemania, hablaba alemán y había leído los pasajes pertinentes de Mein Kampf. Hitler le concedió la primicia de ser el primer medio francés que entrevista a Hitler como canciller. Cuando Brinon le preguntó sobre los pasajes antifranceses en su libro, Hitler le miente descaradamente. Declara que no quiere nada más que la paz, que él mismo había experimentado la guerra y que Europa ya había lamentado demasiadas muertes. Brinon le recuerda que no es la misma opinión que reflejaba en su libro ''Mi lucha''ñ de que allí no hablaba de paz, sino de guerra. Hitler le responde que había cambiado, diciendo que cualquier político enfrentado con un texto de su juventud diría eso: ''He Cambiado''. Hitler le dice que había escrito ese libro en la cárcel por la furia de aquellos días, que ahora era canciller y veía todo de una diferente manera. La entrevista apareción en la portada de uno de los mayores periódicos del moento, ''Le Matin'', conteniendo una tranquilizadora declaración de Hitler diciendo que ''La guerra no resolvería nada. Sólo empeoraría la situación del mundo''.
Por otro lado, Castro también se vio involucrado en maniobras políticas y cambios de rumbo, especialmente en lo que respecta a la política exterior y las relaciones internacionales. Su disposición a cambiar de posición política a lo largo de los años reflejó una adaptabilidad estratégica para mantener el poder y salvaguardar los intereses de su país en el complejo escenario geopolítico.
Castro fue acusado de traicionar los ideales democráticos y libertades civiles en Cuba, consolidando un régimen autoritario que reprimió la disidencia y limitó las libertades individuales. Algunos de sus antiguos compañeros revolucionarios y seguidores originales criticaron su enfoque autoritario y su falta de compromiso con los principios democráticos y los derechos humanos fundamentales.
Algunos de los revolucionarios cubanos originales que se sintieron traicionados por su enfoque político incluyen a Huber Matos y Camilo Cienfuegos, quienes inicialmente habían respaldado la revolución pero más tarde fue uno encarcelado y el otro supuestamente asesinado por el régimen de Castro.
Camilo Cienfuego, Fidel Castro y Huber Matos entrando a la Habana
Además, diversos líderes de la oposición política en Cuba, como el líder demócrata cristiano Eduardo Chibás, también se consideran víctimas de la traición de Castro dentro del partido Ortodoxo. Chibás criticó a Fidel Castro en algunas ocasiones y mostró preocupaciones sobre la dirección que estaba tomando la revolución, la relación entre ambos fue más compleja, y se produjeron desacuerdos ideológicos y políticos durante la etapa inicial de la revolución cubana. su interesante y amena narración no haya recibido la promoción merecida.
Chibás diseñaba con cuidado la estructura dramatúrgica de sus discursos. Su palabra sacaba a la luz verdades que otros silenciaban. Su tono y su énfasis evidenciaban autenticidad. Por un fallo técnico no salió al aire el disparo mortal que ratificaba su último aldabonazo. Su capacidad movilizadora se fundaba en la denuncia y la exhortación.
Los tiempos eran otros y Fidel cambió las reglas del juego. En circunstancias señaladas, convocaba a las masas a la Plaza de la Revolución. La distancia física y la presencia multitudinaria imponían sus leyes, que Fidel trataba de modificar al formular, a través de preguntas, esbozos de diálogo.
Sobre todo en la primera etapa, en los días en que los cambios se precipitaban en una escalada de golpes y contragolpes, cuando se imponían las respuestas rápidas a las agresiones del enemigo, Fidel concurría a la televisión. Entraba en los hogares en una conversación para todos y, simultáneamente, individualizada. Tanta era la naturalidad del diálogo que, desde la penumbra de sus butacas, muchos asentían y formulaban preguntas.
La palabra se había convertido en arte y en esta materia intervienen el oficio y un largo proceso de aprendizaje. La facundia es un don. La tienen los oficiantes de despedida de duelo que con similar palabrería visten a cualquier santo. Tras la soltura en el uso del verbo, tiene que latir la convicción profunda, la transmisión de la autenticidad, el conocimiento del tema y la percepción clara de las expectativas del destinatario, además de la valoración de las particularidades del contexto en que se produce el discurso.
Fidel lo veía como un peligroso adversario ya que Chibás tenía intenciones de alcanzar la presidencia, esta confrontación política entre ambos llenaron a Chibás de envidia, frustraciones, inseguridades que lo sumergieron en una profunda crisis personal, comenzó a actuar de manera diferente trás la pérdida de lidereazgo e incluso dentro de su propio partido Ortodoxo. Todo este cúmulo de situaciones lo llevaron a quitarse la vida en 1951.
Ernesto "Che" Guevara de la Serna
La relación entre Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara fue compleja y ha sido objeto de debate entre los historiadores y analistas. Si bien ambos compartían ideales revolucionarios y colaboraron estrechamente durante la Revolución Cubana, se argumenta que sus diferencias ideológicas y enfoques políticos condujeron a tensiones dentro del movimiento revolucionario cubano.
Ernesto "Che" Guevara, debido a su firme defensa de los ideales comunistas y su visión de una revolución mundial, eventualmente abandonó Cuba en 1965 para buscar oportunidades revolucionarias en otros países. Algunos sostienen que la partida del Che fue resultado de diferencias con Castro y su enfoque pragmático en la política internacional, mientras que otros argumentan que fue una decisión personal basada en su visión global de la revolución. Se especula que cuando la CIA le estaba siguiendo los pasos en Bolvia, este solicitó apoyo a Fidel Castro de personal y armas, a lo cual Castro se negó.
Un ex agente de la CIA envuelto en la captura de Che Guevara en Bolivia ofreció una entrevista a CNN Español donde aseguró que Fidel Castro es el responsable de la muerte del Che. Félix Rodríguez cubanoamericano y ex agente de la CIA tuvo un papel fundamental en la captura y en la ejecución del líder guerrillero Che Guevara. “Él estaba moralmente destruido, tenemos que estar conscientes de que a él lo mandó a eliminar (Fidel) Castro. El ‘Che’ Guevara era pro-chino y era una cosa que Cuba no podía permitir porque dependía cien por cien de la Unión Soviética” dijo Félix Rodríguez en su entrevista con CNN Español.
Che Guevara intentó llevar el modelo de guerrilla que se aplicó en Cuba a varias regiones del mundo hasta que finalmente en Bolivia fue encontrado y ejecutado por militares bolivianos supervisados por agentes de la CIA entre los que se encontraba Félix Rodríguez.
Muchas teorías existen sobre cómo fue encontrado Che Guevara y muchas relacionan a Fidel Castro con su muerte, también con la de otro comandante histórico como fue Camilo Cienfuegos.
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